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Poeta Colombiana - Eugenia Sánchez- Nieto

Azul Casi Púrpura - Eugenia Sánchez Nieto

Azul Casi Púrpura - Eugenia Sánchez Nieto

 

Poemas de Eugenia Sánchez Nieto, incluidos en la Antología "Azul Casi Púrpura" ( editorial Gente Nueva, Abril 2017). Reune poemas de Amparo Osorio, Orietta Lozano, Patricia Suarez y Luz Helena Cordero. Este libro se puede conseguir en la libreria de la Casa Silva. 

 

PALABRA EN EL VIENTO

 

 

1-

La palabra se bate con el miedo con el odio

de la entraña del tiempo vivido

del aturdimiento, del momento postergado

de la belleza

del canto imponente

asciende por el aire una mariposa azul

                                    titila en el viento.

 

Del tiempo de la infamia

                   de la blanca indiferencia

de los murmullos y la risa

                 del reclamo y el perdón

de la noche y sus pesadillas

                     del indescriptible vacío

brotan las palabras         

                        cargadas de sueño y delirio.

 

2-
Lo no dicho es una forma de pensamiento sin palabras

las palabras juegan a solas

al aire libre se colocan una detrás de otra

                                   imaginando una escalera

el hombre lucha por subir a través de ella.

Estas lo derrotan una y otra vez

las palabras tienen forma

y no están dispuestas a dejarse asir

las palabras se escapan una y otra vez

-algunos creen sostenerse sobre ellas

dominarlas y encontrar la cima-

nada las detiene

las formas juegan con los sentidos

ellas permanecen ocultas, expectantes…

 

 

MÚSICA

 

  

Buscábamos la música en la noche

cuerpos meciéndose al son

sombras desde sus asientos esperaban su turno

el baile llegaba como expresión de alegría

la música se alejaba por instantes

los cuerpos permanecían en el centro

algunas sombras fastidiadas se hundían en la tierra

el son rescataba las sombras

estas se abalanzaban sobre los cuerpos

bailaban hasta el canto de los pájaros

el silencio despedía a la sombra y su cuerpo.

 

 

DOMINIO DE MAR

 

  Allí en la plaza inmensa de color ocre

sobre el agua

se daban cita personajes estrafalarios

ciudad recorrida por canales, agua quieta

escaleras infinitas que conducen a tesoros

                                          siempre descubiertos

diversidad de lenguas, gustos, trajes

ciudad milenaria, guardada para todos

zaguanes, plazas, laberintos

el tiempo detenido

cristales, botellas de colores y figuras inusitadas

la humanidad en su más bella expresión

la fascinación de la novedad, la observación, la sonrisa

capillas, cúpulas, góndolas revestidas de misterio

donde cualquiera se despoja de sus corazas más indestructibles

ciudad revisitada con su idioma cantarín

guardo una pequeña máscara que me acompaña desde entonces

y me recuerda ese lugar de la tierra indescriptible, asombroso y cierto

allí a la espera de todo y de nada.

 

 

 

NIEBLA Y SUEÑO

 

 

 El porvenir partirá en un tren blanco

las huellas de unas pisadas desaparecen

                        el miedo tiembla

la vida como vasija fracturada.

 

Aún joven perdió la memoria

se extingue lentamente

                       no reconoce a nadie

 alojada en casa de ancianos.

 

Un amor incierto la lleva a la niebla

desprendida de todos, olvidada de si

transita por un corredor silencioso

                       el tiempo de la risa se malogró

un órgano suena en la mañana

niebla y sueño la que fue no volverá.

 

 

SIN ROSTRO

 

 

El rostro que perdimos nos indaga

                             a través de la noche

formas invisibles se acomodan, viajan, tropiezan

rastrean su imagen

alguien la encuentra y sale de la sombra

en el día se interroga y reclama un lugar

los espacios están copados

su rostro lo busca en el sueño.

 

El rostro que perdimos

nos busca en miles de rasgos

facciones diluidas, quemadas

la bella perpleja

una máscara para resistir el mundo

cuerpo abrasado

en el espejo una imagen que no le pertenece

una apariencia repugnante

grito hasta el fondo

                        nadie reacciona

nadie nos despierta de este mal sueño

de la entraña de la noche

el rostro calcinado nos estremece.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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