Poemas del libro Que Venga El Tiempo Que Nos Prenda /Eugenia Sánchez Nieto
Poemas del libro, Que Venga El Tiempo Que Nos Prenda, publicado en Bogotá por Ulrika Editores, 1985.
Lazos Ocultos
Lazos invisibles hacen que aquellos se mantengan
en su delirio en su doble voluntad terminó recluido
el otro se hizo poseer por un grupo de hombres
descubrió que la felicidad era una joven poseída
ella, figura única de mil matices
celebró nupcias con el amor.
Ellos transgresores, implacables
candentes en un desierto helado
intrincados como si fueran uno, más allá de lo visible.
Amor tan alto que da la libertad y la agonía
extraña paradoja donde los amantes atrapados
se ven arrojados a la fatalidad.
Viento
Le visita en la noche, su presencia es real
se traspasan, se barruntan, se prueban
ella le busca con el tacto, sólo un espacio.
Estará escondido en el armario esperando la noche sin luna
trata entonces de cincelar aquel rostro
le es imposible
su amado parece invisible.
Será el amor un sueño intenso
y luego un viento fuerte golpeando sin dejar huella
sólo un vacío, un hueco,
un hueco por donde sopla el viento.
Súbdito
A orillas del mar un hombre se entrega a su soledad
un recuerdo lo constriñe y lo desaloja de la alegría
en noches sin luna bebe en forma delirante
sus ojos brillantes contemplan a la mujer que socava su sueño
a ella el suicidio la liberó y él es el súbdito de su tiranía.
¿Será el amor una cadena de afrentas para sojuzgar al otro?
Limites
Como un ciego recorre un cuerpo
me abismé en tu piel, en tu olor
buscaba ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte
fantaseaba con un público anónimo que disfruta la función
y desea intensamente formar parte del espectáculo
con mujeres voluptuosas que ofrecen su cántaro al desconocido
con hombres castrados que gozan su sexo
con jóvenes púberes donde el tacto motiva una erección
con amantes afiebrados en un desierto ardiente
donde lo único que beben son sus muslos sudorosos
buscaba ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte.
Vigilia
¿Qué sonido es ése que se escucha en la noche?
serán los muertos que algo olvidaron y tratan de abrir la puerta
será el viento que derribó el bronco árbol
o la joven indefensa que busca un lugar donde dormir
tal vez son los anómalos del 401
que no se cansan de hacer terapia de grupo
será un animal que trata de hacer de esto un lugar decente
o será mi quebrantado corazón que no logra dominarse.
¿Qué sonido es ése que se escucha en la noche?
serán los muertos que derribaron el bronco árbol
en su afán de lograr mejor espacio
será el viento que busca a su amada y derriba puertas
o la joven anómala que escandaliza la cuadra antes de dormir
tal vez son los indefensos del 401
a quienes tantas veces los visita el miedo
o será el animal que llevo dentro y lucha por salir.
El Beso del Pelicano
Nunca visitamos el mar querido hermano
no vimos cómo el pelícano atrapa al pez
en medio de su vuelo
¿Acaso no sabías que en mi vida anterior
fui un animal de mar?
olvidamos el abrazo más cálido y el más profundo
por eso nos perdimos
hoy como el pez más ligero aguardo el beso del pelícano.
El Flautista Tocaba sin Cabeza
No era el sueño era la vigilia
ese flautista que tocaba sin cabeza
la joven en asedio cruza la cuerda
en busca del amante
este al otro lado espera la huida
y una sombra en la noche espía
con miedo de ser vista
la mujer cae ahogada en el misterio.
El amante entre cirios prepara el sacrificio
de la sombra en la noche
no era la vigilia era el sueño
ese flautista que tocaba sin cabeza.
Luciano
La alucinación que produce el alcohol y el hambre
y la atracción por lecturas herméticas
provocaron en Luciano una pasión
indescriptible por lo funesto.
Su mirada inquietaba a los demás
instantes, sólo instantes se desligaba
del hilo tenso por el cual se miraba al espejo
y ante el que decía:
sólo frente al espejo soy valiente.
Cuando perdió el hilo mediante el cual mantenía
cincelada su conciencia
se produjo su pasión:
tres huérfanas millonarias caían ante un piano silencioso
¿Cuál el limite donde se produce la demencia?
Ave Desconocida
Allí, estrellas miles de estrellas
iluminan las montañas
que cientos de manos graban
se recorren los cien pasadizos del miedo
y esa es la alegría
Lianas invisibles tienden puentes al alba
esa primera inocencia encierra el riesgo
voces, voces a lo lejos tallan el silencio
el sueño, ese vigía anónimo toma rostro
un viento fuerte cincela el territorio
vuela, vuela el ave desconocida al encuentro.
Blanco Es El Paredón
Ojos limpios Recorren la mañana
blanco sobre blanco es el paredón
pero ese caído allí
es mi corazón que sangra.
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