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Poeta Colombiana - Eugenia Sánchez- Nieto

Poemas del libro Dominios Cruzados - Eugenia Sáncheznieto

Poemas del libro Dominios Cruzados - Eugenia Sáncheznieto
https://youtu.be/Q7NGIS2Ccfo

 

Poemas del libros Dominios Cruzados de Eugenia Sánchez Nieto, publicado por la editorial Caza de libros,dentro de la colección, 50 poetas Colombianos, Ibagué, Colombia, agosto 2010.

LO QUE OCULTA EL ESPEJO

 

Alguien desde su pesada cortina de humo

hace señas

perpleja observo el espejo

deseando ver la figura ambigua de este personaje

allí un ser sonriente observa extasiado

un extraño temor se posesiona de esta tensa resistencia

siempre sucede

la tensión desencadena en risa estridente

la cortina de humo se aleja

una voz fuerte murmura

"Nadie escucha a nadie"

observo el espejo

un desasosiego invade mi ánimo

allí un ser sonriente observa extasiado

un extraño temor invade, se adentra.

 

CORAZÓN EN VILO

 

 Su sombra se agiganta, la piel suda,

un esbelto hombre zapatea, zapatea, zapatea

las palmas aumentan, los rostros extrañamente pálidos

una voz sostenida anima el fervor

esa figura esbelta se mueve ágil en la pared

la paloma se estremece, el cuchillo abre,

invisibles hilos tensionan el espacio

por una escalera sin fin

una mujer sin rostro sube abismada.

 

Las palmas aumentan, los rostros extrañamente pálidos

esa sombra maravillosa emociona y penetra

los cuerpos son sacudidos, habitados, cada músculo reacciona,

la paloma vibra, fuertes manos la calman

mientras la voz sostenida ahonda

el aire ya no es el mismo, todos alelados,

esos minutos de abandono animan el asombro

la prolongación de nuestra extrañeza.

 

CONCLUIR

 

Las palabras huyen

huyen de hombres y mujeres que desean poseerlas

pisotearlas, desnudarlas

amarlas lentamente

la guillotina para ellas

no es la palabra es mi cabeza.

 

HOMBRE DE PELIGRO

 

En compañía de un hombre vital que vive del mar

viaje a unas islas desconocidas

con mi piel acostumbrada al frío, el ardiente sol

y el rumor del mar me entregaban al sueño.

 

Mi brazo aferrado a la canoa

lo consumía un animal de mandíbulas enormes

en medio del delirio deseo viajar a las murallas

allí encontraré mi brazo.

 

El hombre de mar dice que no hay tiempo

alucinada veo como la lancha sigue su destino

el mar se me aparece rojo

rojo como la sangre que brota de mi brazo.

 

LUGARES PERDIDOS

 

Desde mi ventana festejo la parte interior de las casas

donde no hay simulación

casitas de la soledad

con largos corredores y espacios de madera

donde es posible esconderse

con sus recovecos abiertos al ensueño

donde cuerpos calientes se pasean, miran fijamente

hablan, se abrazan,

casas habitadas hasta el último intersticio

donde seres vivos tropiezan con habitantes invisibles

su tenue luz, sus inimaginables recovecos me incitan al ensueño.


 


Reseña Rafael Patiño

Reseña Rafael Patiño

 

Boletín Cultural y Bibliográfico , Número 24-25, Volumen XXVII, 1990 

La mujer que llora en el espanto y asusta a los vigilantes 


Con la venia de los heliotropos
Eugenia Sánchez Nieto
Ulrika Editores, Bogotá, 1990, 84 págs.

 

 


 


Una cubierta oníricamente cubista que nos evoca a Chagall preludia el mundo ensoñado que contiene. Antes de entrar en materia, debo advertir que mi apreciación proviene de una mirada de poeta más que de una visión de critico. Las influencias, aunque perceptibles, han sido asimiladas; la autora posee una voz muy personal. Voy e invito a un viaje singular a través de estos textos poéticos, ya desligados de su autora y ahora librados al azar de nuestras múltiples lecturas. 

Tras una primera mirada lo que se evidencia es que éste es un libro de la noche, de la sombra, femenino y lunar, donde el acontecimiento mágico se muestra como algo cotidiano y normal y en el que la que escribe se apasiona al punto que entra en la piel de otros, sus otros yos. La que habla en los poemas (y hago esta distinción, porque el poeta siempre dice más de lo que cree decir) se identifica con la hechichera, con la bruja, desde el primer momento hace uso de sus atributos, en fin, actúa como ella, desatando y usando las fuerzas naturales, incluso para moverse: "El viento sopla, sopla fuerte,/ Me elevo..." (pág. 10), o ejerce su amor lascivo: "a fuerza de fascinación fui tu bruja en noches sabáticas" (pág. 13), ose encuentra con su doble, que en fin de cuentas no es más que una ilusión: "a lo lejos una mujer pálida hace señas ¡7...] es un espejo, es otra igual a mí" (pág. 9), pero ésta, su doble, "había sido víctima de la inquisición" (pág. 10). El poder de volar y otros atributos que aparecen, a pesar del modo manifiesto como son expresados, tienen un carácter ambiguo que hay en la irrealidad del espejo, de la noche, de la oscuridad, del sueño, obsesiones de la autora que atraviesan el libro, haciendo que los poemas se den en atmósferas "irrealmente reales": "Yo en mi realidad fantasmagórica/ Vuelo como bruja del siglo veinte" (pág. 13), pues "en el sueño cualquier cosa puede suceder" (pág. 21), y por esa razón, quizá, por los poemas corren esos fantasmas con nombre propio, presencias que ya se dieron en un primer libro: Que venga el tiempo que nos prenda, de la misma editorial. Es así como: "sabe [ella] que hay una oscuridad cruzada de voces"(pág. 11), o son "formas quiméricas... ciertas apariciones.., ocasionadas por fiebre violenta" (pág. 13), y "un hombre... pero no era un hombre, era un ser endemoniado... cuadros de donde se desprendían las más sobrenaturales figuras... monstruos de piel viscosa" (pág. 23); incluso la presencia más normal puede ser "un hombre de rostro misterioso" (pág. 23).

La autora se manifiesta obsedida por sus presencias interiores, por esos extraños productos mentales: "Sólo el pensamiento, esa pesadilla, me acompañará (pág. 29). En otra parte uno de esos fantasmas es el deseo mismo: "Aquel invisible a los demás! A las horas más inesperadas! Posee tu cuerpo... el deseo, ave de vuelo" (pág. 37). Este otro se evidencia como una presencia vampiresca: "Deseo beber sangre... murmura febrilmente! Mientras acaricia el cuello de la desconocida" (pág. 39), o simplemente: "tus fantasmas se entregan al delirio" (pág. 43); en fin, la poeta cree ejercer un conjuro sobre sus obsesiones haciéndose invisible: "Angeles extraviados le castigan, le increpan, ¡invisible, huye" (pág. 47), o haciéndolas invisibles: "magos invisibles ocuparon el lugar" (pág. 49), a pesar de lo cual, persisten: "Múltiples rostros en urnas de cristal que ríen y/Le acosan.., rocas enormes que toman formas humanas... Mirarás el espejo que refleja un rostro que no es el tuyo/Alguien que te aterra por la semejanza y extrañeza" (pág. 51). Son, pues, tales presencias multiformes, parte del sistema óseo que sostiene la anatomía, el cuerpo del libro, lo que lo cohesiona, a pesar de la intención que la autora haya tenido al escribir, y a pesar de los otros (múltiples) elementos que aparecen a través del libro, pues, como lo apuntamos antes, la poeta se evidencia como oficiante de lo oculto y dentro de ese trasmundo en donde vive: "Salen las brujas... en busca del bebedizo de la vida y la muerte" (pág. 65). A través de todo el libro es la mujer (la hechichera) la que tiene las riendas, ejerce la fascinación o el miedo, penetra en los sueños de los hombres: "la mujer que llora en el espanto y asusta a los vigilantes" (pág. 11): "A fuerza de fascinación... / Con el doble poder sometía tu voluntad" (pág. 13) "la dulce y seductora, Irene/Quien con su mirada propiciaba los más funestos encuentros" (pág. 27)... "Encontrarás una virgen tocando la Cítara/ Tomará tu mano... / seguramente el miedo se hará dueño de ti, desearás huir" (pág. 51)... "después de orar... ¡ salen las brujas a convertir príncipes en sapos.../y cada vez hay un desfile más amplio de brujas... ¿quién podría resistirse?/ Los pocos hombres... se han encerrado en la iglesia" (pág. 65), .aquella hermosa quien le apuntaba con un revólver/ ...herido... / balbuceaba: es la loca, la poeta, la mujer que me inventa (pág. 79).

El buen manejo del lenguaje se evidencia; hay soltura y cadencia y los términos son usados con propiedad; poesía de imágenes fuertes y tono lírico que remite casi siempre a atmósferas desdibujadas donde el acontecimiento referido está pronto a esfumarse dejando al lector la sensación de espejismos sucesivos, situaciones fantasmales incluso en el amor, en esos cuerpos febriles y ardorosos, productos del sueño, del recuerdo, de la fiebre. 

A través del libro se consolida la idea de que la autora, a pesar de que ciertas obsesiones las compartan muchos poetas, utilizan un lenguaje muy suyo, en el que se deja sentir la influencia de muchas vertientes poéticas, de muchos poetas: Lautreamont y otros malditos; la presencia continua de la bruja nos recuerda a Jules Michelet; fenómenos propios de artilugios mágicos nos hacen recordar a los autores ocultistas, en particular a Carlos Castañeda y a sus descripciones de los usos y actos brujeriles en cabeza de don Juan, don Genaro y sus discípulos. También se puede hablar de influencias de los grandes líricos modernos, lo mismo quede los románticos alemanes. Existen coincidencias con poetas contemporáneos de nuestro país:
En el poema La rueda de la razón
se dice: "De mi oído escapan pequeños hombrecitos/ Susurran una jerga ininteligible, soplan fuego...", lo que hace evocar la definición que da Raúl Henao: "El poeta, ese hombrecito, sudoroso que sopla fuego al oído... y en El pálido ebrio: "Era comedor de luna", que coincide en esta singular "lunofagia" con "los comedores de luna" de un poema del libro Horas verticales de Gabriel Jaime Arango T. Por encima de todo ello, la autora conquista su sitio en la poesía actual de nuestro país, incluso en Latinoamérica, poesía en la que con sus dos libros descuella, por la fuerza de su voz, por lo singular de su estilo anfractuoso pero coherente, con esa coherencia que tiene la locura lúcida (el "desatino controlado" de los brujos), la maravillosa locura de ser poeta.

Es necesario recorrer varias veces este libro (cuyo tituló, solar, no guarda, a mi parecer, relación con la nocturnidad, con el carácter lunar y femenino de sus poemas), puesto que toda buena poesía es esquiva a una primera mirada y sólo devela sus múltiples sentidos, sus gemas y tesoros, tras sucesivas lecturas. 

No sólo por el epígrafe inicial sino por el tono de coloquio, recordamos a Eliot; por la actitud francamente feroz de algunos de esos personajes fantasmales se ha de hablar de influencias de sueño, del recuerdo, de la fiebre, pero siempre rodeados por esas "otras presencias". A propósito, cito aquí el poema Abismos: "Se amaron en silencio/ Otros cuerpos soñaban a su lado,/ Casi sin aire se barrenan, se auscultan. / Desean perdurar en el lugar del combate,/ Amanecer cada uno con el corazón del otro".

RAFAEL PATIÑ0 GÓEZ

Poeta Colombiano

 

 

 

Poemas del libro Con La Venia De Los Heliotropos /Eugenia Sánchez Nieto

Poemas del libro Con La Venia De Los Heliotropos /Eugenia Sánchez Nieto

 

 

Poemas del libro, Con La Venia De Los Heliotropos, publicado en Bogotá por Ulrika Editores, 1990

Circulo

Un cuerpo en el asfalto

dos pieles deseosas de tacto

en el bar alguien se acerca con un beso en la mano

una joven corre seguida por perros blancos

adolescentes siniestros esperan el gran momento

una navaja se adentra, un cuerpo en el asfalto

gritos en la noche

la danza del viento eleva cuerpos, prendas, mugre

cuánta multiplicidad de actos.


Dos pieles deseosas de tacto se adentran

espejos invisibles hieren un cuerpo

un hombre trasnochado recorre un largo corredor

amenazado abre puertas

ellos en el lecho no vieron el alba

cuánta multiplicidad de actos, un círculo, un círculo de miedo.


En el bar la sensual se entrega al ritmo

desde la oscuridad alguien observa

espera el justo momento de asirla a su piel

ojos, ojos, lamparones en la noche

el vino se derrama en los manteles

los ebrios se buscan y se adentran

cuánta multiplicidad de actos, un cuerpo en el asfalto.


Perros blancos ansían la carne más pura

vapores indeseables recorren un barrio sin luz

una joven corre seguida por perros blancos

adolescentes siniestros fuman

tranquilamente a la sombra del frío

un centinela desde su banco hace siluetas de humo

perros blancos desgarran la carne más pura

un cuerpo en el asfalto, un círculo, un círculo de miedo.



Evocando a Maria Luisa Bombal 

 

Al amanecer ebrio aún le conoció

desde ese día quiso atarlo a su cuerpo

por todos los costados

pero él hábil y enamoradizo se escabulló

extranjero en Bogotá, en Estambul, en Florencia

a cualquier lugar donde llegaba

su habla inagotable enamoraba a viejos y jóvenes

las mujeres ofrecían su desnudez para cualquier desvarío.

 

Un día en una céntrica calle una mujer olvidada por él

le llamó por su nombre

él la miró, sorprendido trataba de memorizar un pasaje perdido

al lado de aquella hermosa quien le apuntaba con un revolver.

Herido en medio del delirio y el gentío

balbuceaba : es la loca, la poeta, la mujer que me inventa.

 

Luciana 

 

Paseaba su desnudez por corredores silenciosos

con la mirada perdida en lugares imaginarios

así la recuerdo

imperturbable bebía escuchando a Chopin

sabía que el tiempo era irreparable

y la falta de amor la entregaba a estados de ebriedad

donde no se soportaba.

 

Un desconocido mirado por la luna la deseaba inútilmente

alguna vez en cafetines ruidosos se sentaron a la misma mesa

allí se tejían historias donde todos eran protagonistas

de algo importante

él torpe y agresivo le dijo su amor a través de hechos insolentes.

 

Así la recuerdo, tejiendo historias imaginarias

perseguía una fuga incomprensible

ebria caminaba interminables oscuridades

pudo ser una víctima más de la noche

pero su delirio la llevaba de vuelta a su lugar.

La última vez que la vi

imperturbable bebía escuchando a Chopin.

 

El Olor del Océano 

 

Hay un hilo que entrelaza a los paseantes

el calor prepara sus dragones

negros ondulan a mediodía

el ritmo en sus perfectos muslos

las prendas vuelan, liberan los hermosos cuerpos

el calor prepara sus dragones

hembras beben jarras de agua

gruesos labios muerden mangos maduros

siento el olor del océano

mi piel se dispone al fastuoso encuentro

hombres fuertes bajo el sol deslizan su húmeda lengua

el calor prepara sus dragones

arena, arena caliente, el trópico en su esplendor

pieles aceitadas en manos del océano

perpleja me sumerjo en el abismo.

 

 

 

Poemas del libro Que Venga El Tiempo Que Nos Prenda /Eugenia Sánchez Nieto

 

 

Poemas del libro, Que Venga El Tiempo Que Nos Prenda, publicado en Bogotá por Ulrika Editores, 1985.

Lazos Ocultos

Lazos invisibles hacen que aquellos se mantengan

en su delirio en su doble voluntad terminó recluido

el otro se hizo poseer por un grupo de hombres

descubrió que la felicidad era una joven poseída

ella, figura única de mil matices

celebró nupcias con el amor.

 

Ellos transgresores, implacables

candentes en un desierto helado

intrincados como si fueran uno, más allá de lo visible.

Amor tan alto que da la libertad y la agonía

extraña paradoja donde los amantes atrapados

se ven arrojados a la fatalidad.

 

Viento

Le visita en la noche, su presencia es real

se traspasan, se barruntan, se prueban

ella le busca con el tacto, sólo un espacio.

Estará escondido en el armario esperando la noche sin luna

trata entonces de cincelar aquel rostro

le es imposible

su amado parece invisible.

 

Será el amor un sueño intenso

y luego un viento fuerte golpeando sin dejar huella

sólo un vacío, un hueco,

un hueco por donde sopla el viento.

 

Súbdito


A orillas del mar un hombre se entrega a su soledad

un recuerdo lo constriñe y lo desaloja de la alegría

en noches sin luna bebe en forma delirante

sus ojos brillantes contemplan a la mujer que socava su sueño

a ella el suicidio la liberó y él es el súbdito de su tiranía.

¿Será el amor una cadena de afrentas para sojuzgar al otro?

 

Limites 

 

Como un ciego recorre un cuerpo

me abismé en tu piel, en tu olor

buscaba ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte

fantaseaba con un público anónimo que disfruta la función

y desea intensamente formar parte del espectáculo

con mujeres voluptuosas que ofrecen su cántaro al desconocido

con hombres castrados que gozan su sexo

con jóvenes púberes donde el tacto motiva una erección

con amantes afiebrados en un desierto ardiente

donde lo único que beben son sus muslos sudorosos

buscaba ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte.

 

Vigilia


¿Qué sonido es ése que se escucha en la noche?

serán los muertos que algo olvidaron y tratan de abrir la puerta

será el viento que derribó el bronco árbol

o la joven indefensa que busca un lugar donde dormir

tal vez son los anómalos del 401

que no se cansan de hacer terapia de grupo

será un animal que trata de hacer de esto un lugar decente

o será mi quebrantado corazón que no logra dominarse.


¿Qué sonido es ése que se escucha en la noche?

serán los muertos que derribaron el bronco árbol

en su afán de lograr mejor espacio

será el viento que busca a su amada y derriba puertas

o la joven anómala que escandaliza la cuadra antes de dormir

tal vez son los indefensos del 401

a quienes tantas veces los visita el miedo

o será el animal que llevo dentro y lucha por salir.

 

El Beso del Pelicano


Nunca visitamos el mar querido hermano

no vimos cómo el pelícano atrapa al pez

en medio de su vuelo

¿Acaso no sabías que en mi vida anterior

fui un animal de mar?

olvidamos el abrazo más cálido y el más profundo

por eso nos perdimos

hoy como el pez más ligero aguardo el beso del pelícano.

 

El Flautista Tocaba sin Cabeza 


No era el sueño era la vigilia

ese flautista que tocaba sin cabeza

la joven en asedio cruza la cuerda

en busca del amante

este al otro lado espera la huida

y una sombra en la noche espía

con miedo de ser vista

la mujer cae ahogada en el misterio.

El amante entre cirios prepara el sacrificio

de la sombra en la noche

no era la vigilia era el sueño

ese flautista que tocaba sin cabeza.

 

Luciano


La alucinación que produce el alcohol y el hambre

y la atracción por lecturas herméticas

provocaron en Luciano una pasión

indescriptible por lo funesto.

Su mirada inquietaba a los demás

instantes, sólo instantes se desligaba

del hilo tenso por el cual se miraba al espejo

y ante el que decía:

sólo frente al espejo soy valiente.

Cuando perdió el hilo mediante el cual mantenía

cincelada su conciencia

se produjo su pasión:

tres huérfanas millonarias caían ante un piano silencioso

¿Cuál el limite donde se produce la demencia?

 

Ave Desconocida 


Allí, estrellas miles de estrellas

iluminan las montañas

que cientos de manos graban

se recorren los cien pasadizos del miedo

y esa es la alegría

Lianas invisibles tienden puentes al alba

esa primera inocencia encierra el riesgo

voces, voces a lo lejos tallan el silencio

el sueño, ese vigía anónimo toma rostro

un viento fuerte cincela el territorio

vuela, vuela el ave desconocida al encuentro.

 

Blanco Es El Paredón

Ojos limpios Recorren la mañana

blanco sobre blanco es el paredón

pero ese caído allí

es mi corazón que sangra.


Reseña Visibles Ademanes - Sonia Truque

Reseña Visibles Ademanes - Sonia Truque

 

Libro VISIBLES ADEMANES - Eugenia Sánchez Nieto

 

Por Sonia Nadhezda Truque 

soniatruque@otmail.com 

        

         La poesía de Eugenia Sánchez Nieto (Yuyin) ha mantenido su postura inicial de concebirse como un tejido estructural que alterna lo abierto y lo cerrado como posibilidad verbal. En este sentido cabe recordar que existe una clara afinidad entre su poesía y la de Emilia Ayarza y Laura Victoria, quienes en Colombia fundan una poética de lo erótico femenino. Sus dos libros Que venga el tiempo que nos prenda y Con la venia de los heliotropos se leyeron como una escritura transgresora por la contundencia de sus versos. 

          

         Visibles Ademanes continúa la búsqueda de un lenguaje muy propio, con resonancias del buen Bukowsky, el poeta, que sin abandonar su minimalismo narrativo logra intensas atmósferas urbanas con sus ademanes y sus imposturas.  

         Sigue siendo abierto y cerrado en contraposición a lo que algunos de sus críticos han señalado como el día y la noche, poesía “de la sombra, femenino y lunar, donde el acontecimiento mágico se muestra como algo cotidiano y normal” (1), como en Espacio Habitado donde el último fragmento cierra ese sobresalto mágico del sueño: 

Alguien en el fondo de la habitación 

bajo la luz de la luna escribe: 

entrégate al hombre apostado en tu estancia 

yo soy la noche tú eres la soledad 

el deseo es un árbol donde la luz se ahoga 

todo lo que poseemos está en ese fuego. 

  

         En esta su constante sería interesante señalar lo cerrado como la salida de un Ello introyectado, donde la carencia afectiva cobra dimensiones absolutas en un yo que se abre en múltiples voces. 

         Como en los cuadros de Luis Caballero, los cuerpos obsedidos se juntan en la noche, no hay un ámbito definido, sucede en cualquier lugar. Son cuerpos contrastados por la luz, atrapados en su deseo, cuerpos que se entregan sin pudor, y con el riesgo que supone la elaboración literaria de lo erótico, en Sánchez Nieto, está superado con la sutileza conque lo aborda en Virtuosos:

 

En la blanca habitación sombras gozan la forma 

la brisa silba una ebria melodía 

la noche invade a los que se aman 

en oscuros corredores rostros al acecho 

rostros descompuestos reprimidos al placer 

ellos abandonados, virtuosos,  

alojados en aquel recinto del cual nadie logra evadirse. 

  

         Aquí la calificación de virtuosos para esos amantes remite a cierta religiosidad que permite los excesos de la carne como en el tantrismo. También reconocemos estos excesos de la carne en poetas como Lautremont, y de Sade a Bataille quien lo llevó a sus últimas consecuencias en su obra La experiencia interior y en su novela corta El ojo, donde comenta que la escribió como parte de una cura sicoanalítica.  

  

         En Visibles ademanes aparece otro elemento que de alguna forma la poeta Yuyin ha venido trabajando y es el tema de lo social.  No lo hace con un lenguaje directo y político, sino con el filtro de la pesadilla y con el espasmo del terror real como en Rumor en la noche y en Movimientos temidos. 

 

         No sé de dónde viene tanto rumor en la noche 

         los sonidos adquieren una presencia fundamental 

         tanto hombre enfundado en su fuerza 

         Siloé, El Salado, Ituango 

         tanto cuerpo magullado, desgonzado 

         miradas idas 

         las furias filtran todos los intersticios 

         los espejos dejan ver rostros sonrientes 

         besan su arma, el placer de la agresión 

  

         La impostura el sacrificio el buen juicio 

         ojos que alientan el placer de la sangre 

 

         Hombres embelesados apuntan diversos blancos

         Apartadó, Barranca, La Chinita

         gritos, rostros picoteados por las aves

         la tierra tiembla

         cada medalla un rostro desencajado

         la victoria sobre territorios arrasados por la calamidad.

         Movimientos temidos

         Desde mi cama mirando la luna

         escuché unos ruidos extraños

         pasos lentos subían, subían

         voces susurrando subieron hasta el sexto piso

        

         En esta ciudad fría que he amado

         llegaron a mi apartamento

         el miedo era un globo a punto de reventar

         allí todos dormidos

         las escaleras oscuras, los pasos llegando

         siniestros hombres sin corazón

         cumplían un trabajo más

         Una noche lluviosa de mayo

         la luna oculta y mi optimismo intacto

         en esta ciudad fría que he amado

         hombres sin corazón nos asesinaron

         Mi pequeño hijo escondido en un armario ha sobrevino

         gritos, gritos, gritos silenciados

         nadie aguanta tanto

         los seres invisibles se despojan de su invisibilidad.

         El juego verbal de Eugenia Sánchez Nieto se reafirma en el sentido de mostrar una escritura despojada de los tópicos que caracterizan el trabajo de autora: el ámbito del hogar y la enumeración de los objetos que lo llenan, la espera pasiva del objeto de deseo. Su palabra abre, transgrede y se construye con imágenes contrastadas de lo lírico a lo escueto, reafirmando que la gran poesía es independiente del sexo  que la escribe y que nombra el día y la noche, abierto y cerrado desde su muy personal manera de decir lo onírico. 

(1) Rafael Patíño Góez, Boletín Cultura y Bibliográfico, Vol. XXVII

Eugenia Sánchez Nieto (Yuyin)

Colección Viernes de Poesía No.. 23

Facultad de Ciencias Humanas

Departamento de Literatura

Universidad Nacional de Colombia, 2004 

 SONIA TRUQUE - Escritora Colombiana



 

Poemas del Cuaderno Visibles Ademanes / Eugenia Sánchez Nieto

Poemas del Cuaderno Visibles Ademanes / Eugenia Sánchez Nieto

 

 

Del cuaderno de poesía Visibles Ademanes, publicado en la colección Viernes de Poesía (2004)  Dirige, Fabio Jurado, Universidad Nacional de Colombia.

 

 

LIMITES CONTRARIOS

 

Las rojas cortinas, las pesadas cortinas

tenían memoria de hechos peligrosos

 

La luz se filtraba iluminando la cama

caballos blancos irrumpían en una cabalgata sin término

el hombre abismado en palabras

que se volvían bombas a punto de explotar

 

Ella avejentada y sin hijos

caminos recorridos, luchas al lado de su amado

el recorriendo su espalda, su cuerpo, su cuello

un masaje iniciado con amor

 

Esas carnes blancas, esas caderas anchas,

ese cuerpo abandonado

buscando más que un masaje, el amor

los caballos en su hermoso galopar

 

Las manos fuertes alrededor de la nuca

las palabras perdiéndose en su mente alucinada

masaje más allá de lo permitido

la nuca roja como las cortinas

los ojos extrañamente abiertos mirando una lejanía no vista

 

El cuerpo desgonzado

un hombre perdido por corredores

sabiendo que sus manos no le han obedecido

el amor en su idioma extremo

las cortinas desgarradas

y el galopar incesante de hermosos caballos blancos.

 

LOS GESTOS ESCOGIDOS

 

Ella no es capaz de abandonar su amor

amor que le hiere que le odia

su cuerpo magullado reclama un peso

el peso que la invade

ruinas, desdén, impotencia

 

Ella lo arriesga todo

y el amor perdido se asoma por instantes

pasadizos, mentiras, simulacros

¿A dónde los corazones rotos?

 

Ella se cree muy amada con el ojo negro

nunca el amor fue más real

cuando su ebrio amante

la  arrastro casi desnuda escaleras abajo

 

Ella lo arriesga todo

simulacro, mentira, impotencia

su amor real, el peso que la invade.

 

LOS HILOS DEL DESEO

 

Te entregas a exorcizar tu piel

bellos cuerpos se unen en la blanca habitación

criaturas sentadas a lado y lado

en actitud indiferente

uno a uno sus cuerpos se transforman

la expiación del cuerpo en el deseo.

 

Se abisman en su olor

son portadores de la loca alegría

la piel vertiginosa arremete

alcobas suntuosas, desbordadas

viajeros de tierras frías no creen lo que ven

 

¿Es ensoñación?

la inocencia ataca y acecha

el pensamiento como bumerán en viaje misterioso

muchachas y donceles embriagados en su olor

habitan la pureza.

 

Labios deseosos succionan delicadas fresas

en blancas sabanas formas palpitantes

espectadores silenciosos impregnan su emoción

tu ardor da júbilo, todos los espacios son filtrados

tu dulce boca, tu piel erizada

el escándalo cambia el rumbo

en lechos suntuosos, cuerpos sitiados tiemblan de emoción

 

LO INASIBLE

 

Aún siento el frío de aquella noche

en la puerta del beso

la noche nos cubría con su manto de seducción y miedo

tus fuertes manos recorrían aquél cuerpo palpitante

extasiados traspasaban sus pieles

las tenebrosas calles perdían fuerza

no había más

la noche presenciaba fascinada aquella entrega

en la puerta del beso

el amor tenía su lugar.

 

LAS VOCES DEL AMOR

 

Ame el rostro del amor

con sus labios rozados y sus ojos iluminados

su cuerpo desgonzado y ardiente

sus palabras melifluas

su desvarío instantáneo

 

Ame la idea del amor

sus apasionadas y gastadas palabras

el fanatismo que convoca e incita

el desborde de muertos

fogonazos, fetiches, abalorios,

las voces del amor han poblado el mundo

 

Ame el instante del amor

su sentido de pertenencia

las múltiples heridas del amante

la muchacha declarada suicida

su mirada fugaz

 

El amor que engendra odio

el amor enmascarado

ame el rostro del amor

con sus labios violeta y su mirada perdida.

 

PENDIENTE

 

Su rostro no permanecía idéntico a sí mismo

se entregaba con frenesí a un amor no correspondido

aquella joven lo tenía extraviado

paseaba interminables horas esperando encontrarla

cafetines ruidosos, parques solitarios, cines olvidados

casi siempre ella estaba con alguien

 

El frío acomodándose en su cuerpo

escribía de manera delirante

había perdido su ser, muchos lo invadían plenamente

su conciencia se agudizaba cada vez más

no tenía límites entre lo real y lo irreal

asumía diversas personalidades

 

Buscaba su amada inexistente

una furia incontenible

lo arrojaba cada vez a hacerse daño

permanecía largas temporadas oculto

alguna vez que lo vi, huía de sí mismo

mujeres enamoradas le ofrecían su cuerpo

 

Se adentraba en la noche

huía de la gente, la simulación, la risa

del buen juicio que crecía como  globo

nada lo detenía, el amor se le había extraviado.